es, al presente, el grupo de música andina más representativo de Bolivia y de mayor
impacto e influencia en los países andinos. Su trabajo ha sido apreciado en grandes
escenarios del ámbito latinoamericano, así como de todos los continentes. Su amplia
discografía, distinciones por su venta, giras, presentaciones en acontecimientos de
carácter internacional y los reconocimientos recibidos, les permiten con certeza ser
considerados como un impulso musical y cultural de grandes dimensiones.
La temática de sus canciones se orienta fundamentalmente a la recuperación y
revalorización de nuestra identidad, al concepto originario sobre el medio ambiente y a
la vida misma dentro de las distintas manifestaciones rituales y populares. En sus veinte
años de vigencia, sus dos fundadores han convocado a los más granado de los músicos
e instrumentistas de Bolivia y de otros países para sus grabaciones y conciertos, que
también han sido documentados en vivo. En estas puestas en escena no podía faltar
la magia de la danza, por lo que se ha contado con destacadas compañías de danza de
Bolivia y de diferentes países del mundo.
La crítica especializada le ha dedicado elogiosos artículos, al conocer las virtudes
de su propuesta, que parte de una cuidadosa investigación y rescate de lo autóctono
par luego esparcir este mágico tesoro a través del uso de la tecnología sin perder un
ápice de su formidable identidad ¿es posible cuestionar su éxito entre el público si su
trabajo es apreciado tanto por los mas exigentes auditorios como por el masivo público,
especialmente el de lo jóvenes.
K ́ala Marka, proviene de dos voces del aymara ( K ́ala: Piedra y Marka: ciudad o
pueblo ) Su significado es muy amplio: es la piedra angular de Tiwanaku, son los
Achachilas tutelares de la Cordillera Real, es el ancestro andino , los saberes y haceres
de sus mayores, es su sabia manera de unirse con la madre tierra sin devastar ni
contaminar. Y esta visión trasciende las fronteras de nuestros países, por ello, junto a
ese Ajayu (espíritu) que Hugo Gutiérrez y Rodolfo Choque han alimentado y seguido
por veinte años, están los pueblos originarios de Bolivia y de la América ancestral.
En uno de sus últimos álbumes “Américas” están conjuncionados los latidos de
Aymaras, Quechuas, Chipayas, Ayoreos, guaraníes, y más allá aún, lleva las voces de
Araucanos, Chibchas, Caribes, Navajos, Caribes, Aztecas, Mayas y tantas otras etnias
del continente americano en una danza guerrera de tristeza que da paso a la convicción
de resistencia : Los Tobas.
Kalamarka cumple con el desafío de ser auténtico y contemporáneo, en un momento
en que la humanidad parece haber perdido su alma, pavimentada por la estandarización
de los “valores” de consumo y uniformada por una globalización que hace peligrar la
biodiversidad natural y cultural de este mundo.
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